En el concejo de Piloña, y más concretamente en el pueblo de Borines, se encuentra el antiguo Balneario de Borines. Hoy es uno de los edificios patrimoniales más importantes de la región y está incluido en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA).
Y la verdad, es uno de los lugares más interesantes que he conocido en Asturias. No tanto por su belleza (y con esto quiero decir que no es comparable a una gran catedral o a un parque natural), sino por su historia.
¿Te imaginas un sitio por el que han pasado burgueses del siglo XX, republicanos, franquistas, que ha sido balneario, fábrica de agua y fábrica de cerveza? Pues eso es el Balneario de Borines.
Aunque en la actualidad podemos conocerlo al visitar la fábrica de cerveza Ordum, que ocupa el espacio del antiguo balneario y las naves adyacentes para la producción de cerveza asturiana, fue hasta 1920 un balneario ejemplar en el país, al que se acercaban especialmente personas pudientes e ilustres.
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Breve historia del Balneario de Borines
Cuando hablamos del Balneario de Borines, tenemos que hablar de riqueza. Tanto histórica como patrimonial, pero también de €€€, ya que en sus años de vida, fue un centro, ante todo, burgués.
Fue descubierto en 1855 por un cirujano, Pedro Arto, cuando dio con el manantial de la Victoria, a las faldas de la Cordillera del Sueve, y supuso que eran aguas sulfurosas por su característico olor a huevo podrido.
Sería años después, en 1873, cuando se declararon como aguas de utilidad pública, que además tenían propiedades beneficiosas para la salud.
Aunque la historia completa incluye nombres propios de vecinos, obras de ingeniería en el manantial y cuestiones químicas y minerales del manantial que escapan a mi memoria (pero que puedes conocer en una visita guiada), el balneario empezó a consolidarse en ese momento.
Cuando el inmueble pasó a manos de Lázaro Ballesteros, este buscó darle un enfoque especialmente hostelero, ofreciendo no solo un lugar de cuidados y salud, sino también de disfrute, relajación y retiro.
Así, el Balneario de Borines abrió sus puertas en 1892 con una gran fiesta que contó con algunos ilustres de la época.
El edificio central, con unos versallescos jardines en la entrada, constaba de 4 plantas, y además de los baños y saunas donde estaban los servicios hidroterápicos, también había un salón de baile, habitaciones, comedor, capillas, salón de lectura, etc.
Por él llegaron a pasar ilustres de la época que hoy se estudian en los libros de Historia, como el político Práxedes Mateo Sagasta o los escritores Leopoldo Alas Clarín y Vital Aza.
La historia del Balneario de Borines fue corta pero intensa, con medio siglo de actividad y tan solo 28 años como centro mineromedicinal de renombre regional y nacional.
En 1920, por diversas razones, cierra sus puertas, pasando a dedicarse en su totalidad al embotellamiento y comercialización de la marca Agua de Borines.
El Balneario de Borines durante la Guerra Civil
Como dato especialmente interesante, durante la Guerra Civil, Agua de Borines se ve obligada a cesar su actividad y el edificio es utilizado por los republicanos como centro de reclutamiento y cuartel, adaptando la distribución interior del antiguo balneario y reacondicionando las estancias para cubrir las necesidades de los soldados. Con la caída del Frente Norte de Asturias, fue tomado por las tropas franquistas.
De esos convulsos años aún quedan vestigios, pero lo mejor es que hoy, gracias a las visitas guiadas de Ordum, es posible aprender toda esta historia.
Así es como supe, a través de las palabras de Viti, el guía, que las paredes del antiguo balneario, especialmente la buhardilla -hoy inaccesible por motivos de seguridad-, están repletas de grafitis de los hombres de uno y otro bando durante el tiempo que pasaron en el edificio en la Guerra Civil.
Agua de Borines
Cuando el balneario cierra sus puertas, en el año 1920, comienza el uso del espacio como planta dedicada al envasado y distribución de agua, bajo la conocida marca local Agua de Borines, que pudo verse hasta hace bien poco. Comenzó así su larga trayectoria, que se extendería hasta un siglo después.
En los años 60, un indiano retornado de Cuba, volvió a Borines cargado de ideas y estrategias marketinianas, que en cuanto se hizo con la planta y se pusieron en práctica, llevaron a Agua de Borines a consolidarse como S.A. y a ser conocida en toda la provincia y otros lugares del país.
Entre lo que hizo única a esta marca durante tantos años fue que la calidad del agua, directa del manantial, es de primera y que embotellaba únicamente en vidrio (durante la visita guiada, pueden verse los diferentes modelos de botella utilizados desde los primeros hasta los últimos días de la planta).
Tras un siglo de actividad, Agua de Borines cesó su actividad en plena pandemia mundial, con la COVID-19.
El antiguo balneario en la actualidad: espacio cultural en Piloña
Actualmente, aunque la marca de agua es parte de la historia de nuestra provincia, el antiguo Balneario de Borines sigue en movimiento.
En este sentido, con lo reciente que está el cierre de Agua de Borines S.A., se podría decir casi que es un museo de la marca, con numerosos elementos de la historia de la empresa: cajas, botellas, materiales publicitarios, antiguas envasadoras, cuadros…
Pero también del propio balneario, con algunas piezas que aún se conservan de la época: elementos arquitectónicos, pinturas originales, grabados, un piano, un telégrafo o incluso objetos que se perdieron y han sido encontrados o donados a posteriori para su exposición.
Pero además, con el objetivo de dar una segunda o tercera vida a este edificio que ya forma parte del patrimonio de Asturias, se ha establecido un centro cultural en el que poder ver exhibiciones temporales, conocer el proceso de producción de cerveza artesana y, por supuesto, aprender la historia del balneario.
En su cuenta de Instagram o Facebook publican los eventos programados, que incluyen encuentros poéticos, mercadillos, exposiciones, conciertos y coloquios. Y, estoy segura, esta oferta irá creciendo y creciendo convirtiendo Borines y Piloña en un foco cultural de esos que molan.
Ordum: cerveza asturiana en un emplazamiento único
Ordum, marca de cerveza 100% made in Asturias, utiliza desde 2017 el antiguo Balneario de Borines para su centro de producción, incluyendo el chalet del antiguo propietario, la nave que sustituyó a los jardines frontales cuando Agua de Borines ocupó el espacio, e incluso el propio balneario, especialmente su planta baja, donde desarrollan parte de las visitas guiadas por la fábrica.
Por eso, cuando visitas Ordum -yo ya lo hice y es un plan de 10-, no estás simplemente aprendiendo el proceso de producción de la cerveza, algo que ya es interesante en sí mismo.
Estás repasando la historia de Borines a través de la huella del antiguo balneario, del manantial, de las paredes desconchadas y de la pintura de las paredes.
Estás entendiendo el paso de los años a través de las columnas y radiadores grabados, de la colección de botellas de vidrio y del piano que ponía banda sonora a las tardes de los primeros años del siglo XX en este rincón de Asturias.
Y catas de cerveza se pueden hacer muchas, pero esta, sinceramente, solo siendo consciente de lo que se pisa, se pasa el juego.
Si quieres conocer un lugar verdaderamente interesante e histórico en Asturias, acércate a Piloña y no dudes en adentrarte en el antiguo Balneario de Borines con una visita guiada de mano de Ordum o durante alguno de sus eventos culturales. ¡Te va a encantar, te lo aseguro!
