24 horas dan para mucho, y si no te lo crees, te animo a seguir esta ruta de un día en Pamplona para ver que es así. La ciudad de poco más de 200.000 habitantes tiene el tamaño perfecto para descubrirla en un día o un fin de semana.
Más allá de los imprescindibles que ver en Pamplona, he querido recopilar, punto por punto, la ruta que yo seguí al visitar Pamplona en un día para que puedas replicarla en tu próxima escapada.
Yo llegué un viernes por la noche y me fui el domingo a primera hora, por lo que si tienes pensado hacer una noche en la capital navarra, te va a ser muy útil. Al final te dejo un mapa con todos los puntos y el itinerario detallado, para que puedas guardarlo en tu móvil y seguirlo cuando vayas a pasar 1 día en Pamplona.
Índice de contenido
Primera parte de la mañana en Pamplona
Empecemos por lo importante: el café. Las cafeterías (y todo, a mi parecer) abren tarde en Pamplona, sobre las 9:00, pero si estás en mi equipo y no eres una persona madrugadora, esto no supondrá un problema. Como yo me alojé en el Apartamento Berria, justo al lado tenía la cafetería Peregrino, así que aproveché.
Ahora sí, comenzamos a descubrir Pamplona en un día. Y no hay un monumento más emblemático en la capital navarra que el Ayuntamiento, en la plaza Consistorial.
El edificio en torno al que se sitúan los mozos y mozas para dar el pistoletazo de salida de los Sanfermines con el chupinazo te encantará con su mítica fachada.
Como ya sabes, siempre recomiendo unirse a un free tour o visita guiada (a tu elección) para descubrir la ciudad de manera rápida sin perderte información importante de su historia y su cultura.
Al tener solo un día en Pamplona, hacer un free tour por Pamplona me parece una buenísima opción, así que puedes sustituir algunas de las cosas que aquí te cuento por esa ruta guiada.
A muy pocos pasos del Ayuntamiento se encuentra la iglesia de San Saturnino, templo gótico del siglo XIII que, aunque menos llamativa que otras iglesias de la ciudad, alberga la capilla de la Virgen del Camino y la imagen de San Saturnino, el patrón de la ciudad.
Justo al lado está el Mercado de Santo Domingo, el más antiguo de Pamplona. No requiere de mucho tiempo, ya que es muy pequeñito, así que es perfecto para una parada rápida antes de bajar la Cuesta de Santo Domingo para empezar a hacer la Ruta de San Fermín.


Esta sigue el mismo recorrido que hacen los toros y los pamploneses cada día entre el 7 y el 14 de julio. Comenzando desde los Corrales de Santo Domingo, donde duermen los toros la noche antes del encierro, te lleva cuesta arriba viendo la hornacina de San Fermín, santo al que los valientes corredores piden protección con la emblemática canción, periódico en mano, antes de que comience el encierro.
Después, pasarás la Plaza Consistorial de nuevo para llegar a la Curva de Estafeta, quizá la parte más famosa de los encierros por ser la más complicada. Tienes que echarle imaginación, porque sin los postes que se colocan durante el encierro es algo difícil verlo como se ve en la televisión, pero la curva más resbaladiza de San Fermín no falta en esta visita de un día en Pamplona.


Después, recorre todo lo largo de la calle Estafeta, con numerosos comercios y locales a ambos lados, hasta que al final se abra ante ti el punto cumbre de los encierros, con el edificio de la telefónica a la derecha. La Plaza de Toros requiere de una entrada para visitarla (8€), aunque no lo veo necesario y quita bastante tiempo para todo lo que hay que ver en Pamplona en un día.
Para terminar, ¿qué mejor que adentrarse en el Ensanche para ir a ver el monumento al Encierro? Una escultura impresionante, con mozos corriendo delante de los toros, que transmite a la perfección la situación de un encierro. En uno de los laterales del altillo en el que se sitúa la obra, están grabados los nombres de todos los corredores fallecidos en los Sanfermines, con el año en el que tuvo lugar el encierro.
También puedes descubrirlo con esta ruta guiada de San Fermín, en la que conocerás todos los detalles de esta Fiesta de Interés Turístico Internacional que a todos enamora, a través de las historias y el conocimiento de un guía. Una fiesta que se vive con el alma y unos encierros que se corren con coraje.
Aprovechando que estamos en el Ensanche, en vez de volver al Casco Antiguo deshaciendo el camino, aprovechamos para caminar por sus calles hasta dar con el Gobierno de Navarra, un edificio precioso con unos jardines aún mejores, que albergan además una de las sequoyas más antiguas de Europa, traída de California.

Siguiendo por esa misma calle, a muy pocos pasos, se encuentra el edificio de la Diputación Foral de Navarra, mucho menos impresionante que el anterior, pero con una gran historia. Frente a él, en el Paseo de Sarasate, se puede ver el Monumento a los Fueros, representativo de esta forma única de gobierno que marca el día a día político de la Comunidad Foral de Navarra. Para conocer este tema a la perfección, te recomiendo hacer una visita guiada por Pamplona.


Desde aquí, puedes entrar directamente a la Plaza del Castillo, emblemático lugar de celebraciones desde tiempos pretéritos y el corazón de la ciudad. Dedícale un paseo e incluso un ratito en un banco para ver su quiosco central, antes de acercarte al Café Iruña, histórico centro de reuniones y local frecuentado por Hemingway, el autor estadounidense que se enamoró de Pamplona.
Bajando por la Calle de la Chapitela, giramos a mano derecha, por donde ya asoma una de las torres de la Catedral de Santa María la Real, la próxima parada en este recorrido para ver Pamplona en un día.
Puedes entrar a visitarla (con entrada), aunque teniendo poco tiempo, recomiendo observar su fachada de estilo neoclásico desde el exterior y continuar con el recorrido.
Tras haber hecho este recorrido -que parece mucho, pero en total, sin paradas, no lleva siquiera una hora de reloj-, fácilmente te habrán dado las 12:00 o 12:30, así que es buen momento para hacer una parada. Yo me tomé un café en la terraza del bar Amatxo, junto a la catedral y con vistas a su fachada.

Un poco más de descubrimiento antes de comer
Seguimos conociendo esta zona, que tiene mucho para ver, adentrándonos en la Plazuela de San José, una de las plazoletas más conocidas de Pamplona, que comparte espacio con la catedral. Puedes asomarte a la curiosa calle sin salida, bautizada como Salsipuedes, antes de continuar por la calle Redín. Ahora sí, te sentirás como en una ciudad medieval; mi hermana pensó en La Alberca, yo en Alsacia, y luego me vino a la cabeza el poblado medieval Territorio Artlanza, en Burgos.

Pasando bajo el arco con entramado de madera y viendo los numerosos eguzkilores que coronan las puertas, llegarás al Rincón del Caballo Blanco, que automáticamente se convirtió en mi rincón (valga la redundancia) favorito de Pamplona.
Aquí hay una amplia zona abierta por la que puedes pasear a uno y otro lado de la muralla. También hay un bar, el Mesón Caballo Blanco, por si prefieres tomar algo aquí. Si te asomas al Baluarte del Redín, tendrás vistas a las montañas y a la ciudad extramuros.

A mano derecha hay un paseo que lleva, siguiendo el trazado de la muralla, hasta la Plaza Santa María la Real, con el Arzobispado de Pamplona y el Baluarte del Labrit. A mano izquierda del Redín, puedes bajar hasta el Portal de Francia, el tramo mejor conservado de las murallas, algo que no puede faltar en este recorrido de un día en Pamplona.
Siguiendo otro tramo de mirador, que en esta ciudad es sinónimo de zona verde, en el Paseo de Ronda, nos encontramos con el Archivo Real y General de Navarra, ubicado en el que era el antiguo Palacio Real. Aquí puedes ver varias exposiciones temporales relacionadas con los archivos documentales que custodia, aunque teniendo solo 1 día en Pamplona, con ver la maqueta de la ciudad de Pamplona a fecha de 1900 es suficiente.
¿Sabías que Pamplona tiene nada más y nada menos que 350 hectáreas, que es lo mismo que 3,5 millones de m2 de zonas verdes urbanas?


A llenar el estómago con platos típicos navarros
Habiendo visto todo esto, probablemente ya te habrán dado las 14:00, así que es el momento idóneo para tomar el vermú. Yo me acerqué a la Calle San Nicolás, que tenía tremendo ambientazo, y tomé un vermú y un pintxo en la vermutería Río. El tiempo acompañó, así que una mesa en la terraza para disfrutar del ambiente fue más que bienvenida.
Para comer, hay muchísimas opciones pero, teniendo en cuenta que solo vas a estar en Pamplona un día, lo mejor es reservar con antelación para no tener que ir buscando sobre la marcha o esperando. En mi caso, había reservado en el Bar Catachu y comí un menú del día con platos típicos de la gastronomía navarra, habiendo para elegir algunos como entrecot, pimientos rellenos o bacalao al ajoarriero.
Este, además, estaba justo al lado de la Iglesia de San Nicolás de Bari, que tiene enfrente unas terracitas, por lo que puedes aprovechar para verla justo antes o después de llenar el estómago.


Después de comer, calma al aire libre
Aunque tampoco hayas pasado la mañana de estas 24 horas en Pamplona entrando a museos o visitando el interior de los monumentos, me refiero con lo de «al aire libre» a que la tarde la puedes pasar, si así lo deseas, recorriendo algunos de los mejores parques de Pamplona.
Cerquita de donde estás, ya que se encuentra justo junto al Casco Antiguo de Pamplona, podrás visitar los Jardines de la Taconera, el parque más antiguo de Pamplona. Pero de camino, puedes parar a ver la Iglesia de San Lorenzo, que es preciosa. Tanto el edificio como las cúpulas ocupan un gran espacio y son muy señoriales.

En el punto en el que desde fuera ves una linterna -no una al uso, sino una arquitectónica, una especie de columna sobre una cúpula-, es donde se encuentra la capilla de San Fermín, donde está la figura del Santo al que rinde homenaje las fiestas de San Fermín.
Para conocer bien los Jardines de la Taconera, te recomiendo pasear por sus caminos, viendo los fosos —en los que conviven diferentes animales—, observando las vistas y pasando bajo sus portales del siglo XVII: el de San Nicolás y el de la Taconera. Pegado a él, hay una zona para patinar y un skatepark, en el conocido como Parque Antoniutti.


Si dejas este parque y te diriges al Ensanche, allí te espera la Ciudadela de Pamplona, un exquisito parque que se ubica en lo que antes fue construido y usado como fortificación militar. Repleta de zonas verdes, es también utilizada en muchas ocasiones para organizar actividades culturales en algunos de sus edificios, por lo que puede que haya algún evento cuando lo visites. También es ideal para practicar deporte o dejar pasar la tarde tumbado en su césped.
Hay otro parque, el de Yamaguchi, que es de estilo oriental, pero está algo alejado, así que solo te lo recomiendo si te apasionan este tipo de espacios. Si no, al tener solo un día en Pamplona, mejor dejarlo para otro viaje. Y es que, si has aprovechado para descansar (ya sea en alguno de los parques o en el hotel, como hice yo), es probable que el sol esté escondiéndose y ya te haya dado la hora de acercarte de nuevo al Casco Antiguo a despedir el día.
Unos pintxos para despedir un día en Pamplona
Para cenar, el mejor plan es ir a alguna de las calles repletas de bares del Casco Antiguo y comer pintxos. Como siempre recomiendo hacer en Bilbao o San Sebastián si vas de pintxos, mejor probar diferentes bares y pedir, por ejemplo, zuritos, para no acabar hasta arriba de bebida.
En mi caso, fui a la zona de la Calle Estafeta y de la Calle Mercaderes. Como ya había estado en San Nicolás la noche anterior y a la hora del vermú, preferí cambiar de aires. He de decir que me parece que San Nicolás tiene más opciones y ambiente, pero si no quieres estar siempre en la misma zona, estas dos opciones también están bien.
Para comer unos pintxos ricos y variados, te recomiendo probar Iruñazarra o Mentidero, en Mercaderes; si vas a la calle Estafeta, el Zanpa o la cervecería Estafeta no te defraudarán. Para cerrar el día, en cualquiera de estas calles puedes tomar algo en una terraza -sin ánimo de incitar a beber, recuerda que el licor más típico de Navarra es el pacharán, por lo que puede ser una buena oportunidad para probarlo-.


Últimas pinceladas para pasar 24 horas en Pamplona
La verdad es que no sé cómo vas a pasar un día en Pamplona o si tienes pensado hacer noche. En mi caso, llegué un viernes tarde y me fui un domingo a primera hora, por lo que, lo único extra que le añadí a este planning extra para ver Pamplona durante un día completo, fueron las cañitas y pintxos de la primera noche y el desayuno del domingo.
Al llegar la primera tarde, como ya eran casi las 20:00 horas, tomé algo primero en la Plaza del Castillo, y en la Calle San Nicolás después, con ambientazo en ambas por ser fin de semana.
El segundo desayuno, aproveché para hacerlo en un establecimiento emblemático: el churrero de Lerín, uno de esos sitios con solera que no destaca por su decoración sino por su tradición. Además de chocolate con churros, encontrarás rosquillas y patatas fritas, pero eso es todo, sin más pretensiones.

En cuanto a la logística, como ya te he comentado, para pasar un día en Pamplona me alojé en el Apartamento Berria, justo a la entrada del Casco Antiguo y junto a la Iglesia de San Lorenzo. A esta zona no pueden acceder vehículos no autorizados, por lo que aparqué en el barrio de San Juan y caminé unos 13 minutos hasta mi alojamiento.
No necesité utilizar el transporte público en ningún momento, porque lo que me dio tiempo a ver, y lo que creo que se debe ver en Pamplona en un día, se encontraba todo muy compacto.
MAPA para ver Pamplona en un día
Aquí te dejo todos los recorridos -divididos en tres partes- con los lugares imprescindibles que ver en Pamplona visitados, y las calles y bares/restaurantes en los que yo paré en mi viaje. ¡Espero que te sea útil! Recuerda que puedes descargártelo y llevártelo al viaje, además de compartirlo. Si te gusta lo que lees, mándaselo a tus amigos y familiares, así apoyas mi trabajo. ¡Gracias y un abrazo!